La flor del cerezo
Algunas tradiciones se vuelven parte integral de la identidad de un pueblo y hasta sobrepasan la barrera de lo local para conquistar el mundo entero. El pueblo japonés tiene una muy marcada personalidad y consigue un equilibrio especial entre sus tradiciones y la modernidad, una mezcla que se ha convertido en seña nacional. Una de esas tradiciones que le dan identidad, que lo hacen reconocible y que de hecho ha traspasado sus fronteras es el Hanami, palabra que literalmente significa contemplar las flores y que se emplea específicamente para referirse a contemplar la floración de los cerezos, uno de los grandes placeres de cualquiera que esté en Japón de finales de marzo a finales de abril.
Simbología
Hanami es la vida, es la primavera como metáfora del ciclo vital, es el nacimiento, la luz tras la oscuridad… es mucho más que ver una flor. Por eso los japoneses hacen de este momento del año una experiencia reflexiva, vital, además de una maravilla visual. Y por eso lo acompañan de otras costumbres, como los picnics con familia y amigos, celebraciones alegres en las que compartir comida y bebida (si el recinto lo permite) con los seres queridos. La flor del cerezo, con su exquisita apariencia y su espectacular floración en masa, simboliza lo fugaz de la belleza y la vida, el ciclo de renacimiento y lo efímero, conceptos muy marcados en el sintoísmo y el budismo. Tal vez por eso terminó siendo un símbolo nacional que el Gobierno empeló en determinadas épocas, sirviendo para el enaltecimiento del espíritu nipón en tiempos conflictivos. Además, desde el grabado, la literatura y el tatuaje, pasando por el diseño de las telas de los kimonos, todas las representaciones artísticas japonesas incluyen la flor del cerezo como uno de sus elementos más destacados.
De Este a Oeste
Da igual en qué parte de Japón le encuentre el momento de floración del cerezo, porque puede disfrutar de un maravilloso Hanami allí donde esté. Desde la parte más oriental a la más occidental del archipiélago, le recomendamos estas opciones:
HOKKAIDO
Aquí los ciruelos y los cerezos florecen al mismo tiempo. En Matsumae-koen hay cerca de 10.000 cerezos de hasta 250 variedades diferentes. El parque también tiene una serie de cerezos especiales, como los kechimyaku-zakura o los amayadori, famosos por sus leyendas y su antigüedad. Ya de por sí inolvidable, esta visita le permitirá disfrutar además del castillo de Matsumae-jo, el último que se construyó en el Período Edo (1603-1867), época de la que aún conserva vestigios que se pueden ver.
La temporada de floración es de finales de abril a finales de mayo.
TOHOKU
En nuestro camino hacia el Oeste, Hirosaki-Koen es uno de los mejores lugares para ver los cerezos en la zona de Tohoku. En este parque hay un castillo con sus torres y tejados tipo pagoda que recuerdan los días pasados. Fue construido por la familia de Tsugaru, que una vez gobernó toda la zona. En sus aproximadamente 49’2 hectáreas, el parque tiene alrededor de 2.600 árboles de 50 variedades diferentes, principalmente de la especie somei-yoshino. Los registros indican que 25 de sus cerezos se plantaron en 1715, y algunos de ellos todavía florecen en primavera.
Época de floración: de finales de abril a finales de mayo.
TOKIO
Si tiene la suerte de poder visitar Tokio estos días, no tardará en darse cuenta de que Ueno-Koen es el parque ideal para tomarle el pulso a la ciudad. Alberga el Museo Nacional de Arte Occidental, el Museo Nacional de Tokio y el jardín zoológico de Ueno. La floración de las filas y filas de cerezos de la especie somei-yoshino y de los cerezos de montaña es simplemente espectacular y atrae cada año a miles de visitantes, por lo que las celebraciones en el parque son muy populares. Dentro del parque encontramos Shinjuku Gyoen, la antigua residencia del famoso samurái de la familia Naito. Su jardín, de enorme belleza, fue designado Jardín Imperial y luego Jardín Nacional, en 1949. Ha sido famoso por sus cerezos desde la era Meiji (1868-1912) y en la actualidad la recogida de cerezos para estudios botánicos se lleva a cabo aquí.
Época de floración: de finales de marzo hasta finales de abril.
AICHI
En primavera, los cerezos florecen alrededor del castillo Inuyama-jo, una auténtica joya nacional para los japoneses, y se extienden a lo largo del río Kiso-gawa hasta el puente Inuyama-Bashi. El Festival Inuyama se celebra los primeros sábado y domingo de abril de cada año, cerca de Haritsuna-jinja, junto a la entrada al castillo. Trece carrozas de tres pisos de altura y un sinfín de muñecos de cuerda que bailan al son de flautas y tambores desfilan a lo largo de Honmachi-dori con un telón de fondo inigualable: los cerezos en todo su esplendor.
Época de floración: de finales de marzo hasta principios de abril.
KIOTO
Maruyama-Koen es el parque más antiguo de la imperial ciudad de Kioto. Situado en una colina con una laguna natural, es una de las mejores opciones de ocio de la ciudad y uno de los lugares más indicados para disfrutar de los cerezos. El llamado Paseo de los Filósofos, un romántico camino que va de Ginkaku-ji a Wakaoji-jinja, ofrece un increíble panorama de flores de cerezo a ambos lados de la laguna.
Todavía en Kioto, el monte Kasatori-yama, con un recinto de 660 hectáreas, ha sido registrado como Patrimonio Cultural de la Humanidad y también es famoso por sus cerezos en flor.
Época de floración: desde finales de marzo hasta finales de abril.
NARA
Si tiene la ocasión, no lo dude: esta es tal vez la mejor zona para disfrutar de los cerezos en flor. Cuando llega la primavera, aproximadamente 30.000 cerezos dan nueva vida al monte Yoshino-yama, que se encuentra casi en el centro de la prefectura de Nara.
Sin salir de Nara, el parque Nara-Koen es un enclave histórico construido en el Período Tempyo (710-784) que se extiende sobre un paisaje exuberante. Le sorprenderán las manadas de ciervos, que son conocidos aquí como los santos mensajeros de Kasuga-Taisha y son objeto de una cuidadosa protección. El parque cuenta con cerca de 1.700 cerezos de diversos tipos.
Época de floración: desde principios hasta finales de abril.
HIROSHIMA
Llegamos a nuestra última parada, aunque en realidad podríamos seguir aún más hacia el Oeste del país e incluso ser mucho más exhaustivos, porque no hay pueblo en Japón que no celebre su Hanami por pequeño que sea. Senkoji-Koen es un lugar pintoresco lleno de cerezos. Situado en la parte posterior de la estación de Onomichi, se extiende desde lo alto de la ladera de la montaña Senkoji-yama (137 m). El parque fue construido en 1894 por el sacerdote principal de templo Senko-ji. Hay cerca de 10.000 cerezos de diferentes especies. En abril, desde lo alto de la montaña se puede disfrutar de un espléndido paisaje sobre la ciudad de Onomichi y las islas del mar interior.
Época de floración: a principios y mediados de abril.
Japón es un archipiélago que ha visto cómo muchos de sus habitantes salían en busca de enraizar en diferentes lugares, y es por eso que usted puede celebrar su propio Hanami en casi cualquier lugar del mundo, aunque tal vez sean las comunidades japonesas de Brasil y Estados Unidos las que más esmero ponen en esta tradición. No en vano, Japón le regaló a Estados Unidos 3.020 árboles de cerezo en 1912. Estos cerezos fueron plantados en el parque Sakura de Manhattan y en el parque Potomac Este en Washington. Estos regalos se fueron incrementando con el tiempo, y hoy, por ejemplo, la ciudad de San Francisco también celebra su propio festival.
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