La comunicación en la era de la tecnología

Cuando las relaciones interpersonales siguen siendo necesarias

Teléfono, email, WhatsApp, Linkedin o más recientemente ChatBots, son algunas de las formas de comunicación actuales. El ser humano lleva en su ADN la necesidad de comunicarse, lo que ha ido cambiando a lo largo de la historia ha sido la forma. Y desde que la tecnología ha irrumpido, lo que se ha modificado es el cómo: el canal que hay entre el emisor y el receptor.
Sobre la tecnología aplicada a la comunicación humana se han escrito ríos de tinta: que si la tecnología ha hecho que se viva pendiente de un móvil y sin comunicación personal real, que si las Redes Sociales son peligrosas por la presentación que hacen de una realidad falsa e ideal, que si desde una identidad digital se crea un escudo que permite insultar de una manera que no se haría face to face, que si los usuarios compulsivos presentan el síndrome del “temor a estar desconectado” o FOMO (fear of missing out), etc. Al final, como todo en la vida, las cosas no son buenas o malas, depende del uso que se hagan de ellas.

Uniendo lo mejor de los mundos digitales y presenciales

El psicólogo americano Daniel Goleman, autor del libro Inteligencia Social. La nueva era de las Relaciones Humanas, ha explicado recientemente en un artículo por qué el contacto virtual nunca sustituirá a la comunicación cara a cara, incluso cuando los dispositivos electrónicos dominan cualquier evento social. La conversación directa favorece la cercanía, posibilita el contacto visual y genera una impresión que no se logra en el mundo online. Esto suele verse en los habituales malentendidos que se generan en los grupos de WhatsApp, realmente porque no se puede interpretar el tono utilizado por el emisor. Además, centrarse en el interlocutor activa el cerebro que tiene que procesar los estímulos que aparecen en este contacto: los gestos, los movimientos, etc.
Así, se puede utilizar lo mejor de las relaciones personales y de la tecnología, para que la comunicación del día a día sea eficiente, sencilla y ágil. Un claro ejemplo: contactar con un profesional gracias a su perfil de Linkedin, para llegar a una conversación telefónica y acabar cerrando un acuerdo de manera presencial.

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