¿Una realidad que ha venido para quedarse?
Desde el principio de los tiempos el ser humano ha usado herramientas, como las palancas o las poleas, para ayudarse a realizar tareas cotidianas. El primer ejemplo de automatización industrial real fue el Telar de Jacquard, que, en los inicios del siglo XVIII, utilizó tarjetas perforadas para automatizar el proceso del tejido. Aunque esto forma parte de nuestro día a día, es ahora, cuando su desarrollo ha sido totalmente exponencial. Este proceso puede aplicarse en todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida: desde la domótica, que es la tecnología que permite la automatización de un hogar, hasta los coches sin conductor, pasando por los cajeros automáticos.
Pero, ¿qué es la automatización y en qué se diferencia de la tan de moda inteligencia artificial? En la primera, el software sigue unas reglas y hace aquello para lo que está programado y nada más. Mientras que la Inteligencia artificial es capaz de realizar tareas de manera más “inteligente” y tomar decisiones o realizar acciones para las que no ha sido programado previamente. Claramente, ambas pueden convivir y están funcionando juntas en la actualidad porque una cosa está clara: mejoran nuestra vida.
Sin embargo, la inteligencia artificial tiene “mala prensa”, debido fundamentalmente al miedo humano a lo desconocido y a las visiones apocalípticas que nos traen sagas como Terminator o Blade Runner.
No obstante, la inteligencia artificial está facilitando muchos servicios que sin ella sería imposible prestar a escala global. Implica una mejora en nuestra calidad de vida, en nuestra experiencia como usuario, en el coste del servicio o simplemente en la accesibilidad al mismo.
La Inteligencia Artificial no es el futuro, es ya una realidad
La Inteligencia Artificial está en muchos procesos sencillos que hacemos día a día. Verás como no es ciencia ficción ya que, por ejemplo, está presente pero de manera invisible cuando usamos Google Maps para elegir el trayecto óptimo; cuando Netflix nos recomienda una película o una serie según nuestros gustos y visionados anteriores; en el sistema antispam de nuestro correo electrónico o en el chatbot de Twitter de nuestra tienda favorita.
Dejemos entonces que nos facilite la vida, en nuestro hogar, en nuestro trabajo, en nuestro ocio…
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