La historia del vermú
Cuenta la leyenda que esta bebida la inventó Hipócrates en el año 460 a.C. Este médico y filósofo, puso flores de ajenjo y hojas de díctamo a macerar con vino durante un tiempo. De aquí nace el actual vermú, que fue conocido durante la Edad Media como “vino hipocrático” o “vino de hierbas”.
El objetivo del menjunje era aliviar el estómago y mejorar la salud. Además, con el paso del tiempo, se empezó a utilizar casi como sustitutivo del agua, ya que hasta hace relativamente poco, no cumplía los estándares actuales y era casi desaconsejable su consumo. Ni el propio Hipócrates podría haber adivinado que su tónico medicinal se haría tan popular.
Con la llegada de la industrialización, la producción de vermú comenzó a extenderse de mano de los hermanos Luigi y Giuseppe Cora en 1838. Tuvo tanto éxito, que la palabra comenzó a utilizarse para referirse al aperitivo. Aunque no se bebiera vermú.
El origen de la palabra Vermú es alemán (Wermut que significa ajenjo) aunque han sido los italianos y después los franceses, los que más producción tienen. Podrá encontrar las tres clases clásicas: vermú rojo (que es el más dulce), vermú blanco (el típico para el aperitivo) y el vermú seco (más típico en Francia). Lo ideal: servirlo muy frío o en algunos casos incluso on the rocks.
Una de las tendencias que más fuerza ha cogido a la hora del aperitivo o media tarde, es el disfrutar de un buen vermú. Éste ha sido rescatado del ostracismo al que se había visto abocado y ahora es una de las bebidas europeas más típicas. Descubra el origen de esta bebida, cómo y cuándo se inventó y cómo está fraguándose su “come back”.
Vermú rojo
El clásico vermú rojo esta macerado en ajenjo y díctamo, y edulcorado con azúcar caramelizado. Según las diferentes recetas también puede llevar clavo de Madagascar, pensamientos, frambuesa, limón, raíz de lirio, árbol cascarillo o canela de Ceilán.
A pesar de lo que pueda parecer, el vino que se usa para elaborarlo es blanco y se torna a rojizo por la cantidad de condimentos que lleva en el proceso de maceración.
Podrá preparar con vermú rojo:
- Dry Manhattan, con whisky de centeno y angostura.
- Negroni, con ginebra y Campari.
También le proponemos estos lugares para degustar el clásico vermú:
- El circo de las tapas. Encontrará un gran vermú de grifo acompañado de una buena tapa en el corazón de Madrid.
- Reus es la ciudad del Vermú. Tiene un museo dedicado a esta bebida y podrá degustar de un buen vermú en el restaurante.
Vermú blanco
En este caso, el vino blanco se macera con semillón, naranjas maceradas y otras frutas que son normalmente el secreto de cada marca, vainilla, flor de azahar en algunos casos, menta fresca y quinina.
El creador de la versión blanca es Antonio Carpano, un destilador italiano que añadió al vino blanco más de 30 hierbas aromáticas y especias diferentes, popularizando la bebida en este país mediterráneo, cuna de la marca más conocida en la actualidad: Martini.
Con vermú blanco podrá realizar:
- Apple Martini, con vodka o ginebra, según el gusto.
- Martini Royale, directo para servir. Una mezcla con vainilla y la uva del cava.
Descubra también estos míticos lugares:
- Bar Seco, en Barcelona. Podrá disfrutar de un buen vermú y saborear productos de proximidad.
- Tipos Infames. En Madrid, en el barrio Malasaña, podrá disfrutar de un buen vermú de fabricación propia e incluso, comprarlo en su tienda.
- Xukela. Este bar de Bilbao recoge la esencia de antaño y podrá degustar uno de los mejores vermús de la zona.
Vermú seco
El vermú seco se diferencia del blanco en que no contiene casi azúcar. Los componentes son similares pero evitan los edulcorantes. Esta clase de vermú es muy típica en los aperitivos franceses y, además, se suele usar para muchos cócteles.
Éstas son algunas de las recetas de cócteles que podrá elaborar con vermú:
- El famoso Dry Martini (ginebra y vermú).
- Vesper (famoso por las películas de James Bond).
Le proponemos también estos lugares que no debe perderse:
- Del Diego. Con aire neoyorkino pero en Madrid. Podrá disfrutar de los mejores cócteles y los clásicos del vermú.
- Cayo Blanco. En este bar de Tenerife podrá degustar vermú y, además, disfrutar de comida casera.
- La Castela. Un templo del vermú en Madrid y de la historia. Encontrará desde botellas antiguas hasta lo más actual.